El Parlamento Europeo aprobó el pasado mes de marzo de 2017 una nueva ley que restringe el uso del mercurio, que tiene efectos nocivos sobre el medio ambiente y la salud humana. En este sentido, se ha aprobado una reducción gradual en el uso de amalgama dental, la cual está compuesta en un 50% aproximadamente por mercurio.
A partir de ahora, cada Estado deberá desarrollar un plan nacional propio sobre qué medidas se implantarán para reducir el uso de la amalgama de plata antes del 1 de julio de 2019, fecha a partir de la cual, la amalgama dental solo podrá usarse en su forma encapsulada previamente dosificada.
Hay que tener en cuenta que, a partir del 1 de julio de 2018 está prohibido el uso de amalgama para el tratamiento de dientes de leche para tratamientos en niños menores de 15 años y para tratamientos dentales en mujeres embarazadas o en período de lactancia (a excepción de que existan necesidades médicas específicas y el facultativo considere conveniente su uso).
Las clínicas dentales deberán disponer de separadores de amalgama para las piezas que retiren con amalgama. Estos separadores deben retener al menos el 95% de las partículas y todos deberán cumplir con este porcentaje de filtrado antes del 1 de enero de 2021. Los dentistas deben asegurarse de que los residuos de amalgama son manejados y recolectados por un establecimiento de gestión de residuos autorizado.
A pesar de todo, no hay que alarmarse y no existe una justificación para que se proceda a retirar, por precaución, la amalgama de las restauraciones realizadas a los pacientes si estas son clínicamente satisfactorias.
Para quienes quieran ampliar la información facilitada, os dejamos un enlace al Reglamento (UE) del Parlamento Europeo que especifica todos los aspectos legales al respecto.
Vía ADENews